La palabra libro procede del latín liber, que es la película entre la corteza y la madera del árbol, y que en algún momento histórico debió utilizarse para escribir, antes de la invención del papel, según nos cuentan Virgilio y Cicerón.
De esta forma latina derivan las voces que se emplean en las lenguas romances para designar el libro: en español, gallego e italiano, libro; en francés, livre; en portugués, livro; en catalán, llibre, y en asturiano, llibru.
¡Qué perenne ha sido la huella de este efímero material!
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