jueves, 4 de julio de 2013

Y para ilustrar la bibliofagia...

Decíamos ayer que la bibliofagia es la costumbre de comer libros o documentos manuscritos o escritos, muy propia en roedores, polillas, termites, comejenes y demás enemigos de todo bibliófilo.

Sin embargo, la bibliofagia también puede presentarse en personas. Se sabe, por ejemplo,  que algunos individuos del pueblo tártaro tienen la costumbre de comer las hojas de los libros para así impregnarse de la sabiduría contenida en ellas.

Si eres un bibliófago irredento y no puedes parar de devorar libros, tal vez puedas encontrar alguna suculencia en:


¡Buen provecho!




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