Historia
El primer antecedente de los exlibris es una placa de barro cocido esmaltada en color azul con inscripciones jeroglíficas, que se conserva en el Museo Británico de Londres. Perteneció a Amenhotep III (s. XV a. C.) y era utilizada en los estuches de los rollos de papiro de su biblioteca.
Durante la Edad Media hay ejemplos de marcas de propiedad en códices, que consistían en anotaciones manuscritas.
A partir de la introducción de la imprenta y el uso de las técnicas de grabado podemos hablar ya de exlibris en el sentido que le damos actualmente al término. En una primera etapa (del siglo XV al XVIII) predominan los de tipo heráldico; a partir del siglo XVIII comienzan a prevalecer las alegorías, símbolos o emblemas.
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